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Mostrando las entradas de febrero, 2021

La repulsión electrostática de las arañas .

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La idea principal es fundamentar como es que las arañas pueden alzar el vuelo y las características que son de ayuda para las arañas, para que hagan posible este tipo de acciones. Algunas de las arañas son capaces de aprovechar las fuerzas electrostáticas para poder elevarse en el aire. Las arañas suelen ser los primeros antropodos terrestres en colonizar una isla volcánica ya que logran llegar gracias al impulso de los vientos. Este tipo de animales inician su vuelo llegando a la cima de algún objeto en el cual levantan su abdomen hacia el cielo y comienzan a lanzar hilos de seda de aproximadamente dos o tres metros de largo para posteriormente despegar con una rapidez notable. Cabe mencionar que sin viento no puede surgir un viajé de este tipo de arañas ya que su despegue debe ser con un viento de no más de tres metros por segundo. Bastan unas decenas de hilos para elevar las arañas más ligeras, cuya masa no supera los cinco miligramos o menos. En conclusión podría decirs...

El vuelo oceánico de las arañas.

Algunas arañas aprovechan las fuerzas electrostáticas para elevarse en el aire. El fenómeno, que fue documentado por el propio Darwin, puede dar lugar a vuelos de distancias kilométricas. Cuando en medio del océano nace una isla volcánica, los primeros antropodos terrestres en colonizarla suelen ser las arañas. A esos lugares llegan gracias al impulso de los vientos. Pero ¿Cómo es que alzan el vuelo? Hace tiempo que investigadores consideran que en este curioso fenómeno intervienen dos mecanismos físicos: las fuerzas aerodinámicas del aire y las electrostáticas causadas por la atmósfera. En los últimos años, varios trabajos an clarificado sus papeles respectivos y, en concreto, han subrayado la contribución esencial de la electrostática. Para entender mejor lo que sucede, sumerjamonos en los diarios de Charles Darwin, quien fue testigo del fenómeno durante su largo viaje a bordo del Beagle, entre 1831 y 1836 . El ilustre naturalista narra que, en un día calmo y claro cuando la costa má...